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Mostrando entradas de mayo, 2011

LAS CRESTAS DE GALLO DE CASCAJARES

El plato del que voy a hablar en este post no es ni mucho menos de los más conocidos dentro de la Gastronomía española y sin embargo tiene adeptos muy viciosos . Unos dicen que las crestas de gallo son típicas de la cocina zamorana y otros afirman que son muy de Cuenca. Lo bueno es que ahora da igual de dónde venga porque es muy fácil tenerlo en cualquier parte porque el plato viene preparado y listo para calentar y servir , cosas de la globalización. En un principio lo de comer crestas de gallo sorprende bastante por la novedad que supone. No obstante hay que tener en cuenta que tranquilamente nos zampamos hígados de pato, mollejas, riñones y rabos de toro, que tienen un aspecto mucho menos apetitoso . La empresa Cascajares ha lanzado al mercado este producto enlatado en un formato muy cómodo. La lata tiene un peso de medio kilo y las crestas pesan unos 300 gramos. Los otros 200 gramos están formados por la grasa de pato usada para confitar las crestas y que además actúa como

¿QUÉ PASA CON EL CAFÉ EN CANARIAS?

Acabo de regresar de una estancia en Tenerife y La Gomera con la impresión de que he tomado los peores cafés de mi vida. Algunos he tenido que dejarlos enteros en la taza tras el primer sorbo y otros ni siquiera los he probado después de haberlos olido. También me he tragado algunos y con la sensación de haber ingerido bebedizos infumables. Curiosamente los únicos potables eran de desayuno de hotel, unos sin marca conocida o otros felizmente elaborados en cafetera Nespresso para hostelería. No es que todos los cafés que se puedan tomar en Canarios sean pésimos pero es muy complicado encontrarlos aceptables. En la calle hay que recurrir a cafeterías que ostenten distintivos de marcas reputadas tipo Segafredo o Illy, con lo que la calidad está garantizada. Tomar un café cualquiera era una maniobra arriesgada. Tampoco es que en la península seamos el gran paraíso de café pero el archipiélago baja las cotas de calidad a niveles insospechados. Hablando con empleados de bares y restau

¿QUÉ FUE DE LA MIRINDA?

Mientras en medio mundo se sigue consumiendo, en España ya es sólo recuerdo a pesar de una fugaz reaparición veraniega hace unos años. Resulta curioso que en su momento desaparecieran de las estanterías las bebidas gaseosas que tanto habían sido consumidas, en beneficio de la marca Kas. Hay que tener en cuenta que en el norte de España los refrescos que se usan en los combinados con alcohol son sistemáticamente Kas y la Fanta se considera una bebida para niños o turistas. Otro gallo nos canta a los cantábricos cuando viajamos hacia el sur y vemos que Kas es toda una rareza según nos arrimamos al Mediterráneo. Por una parte casi me alegro de que Pepsi se cargara la marca Mirinda porque así he evitado durante muchos años los juegos de palabras con mi apellido, aunque no del todo por eso de la persistencia de la memoria. No obstante, creo que el producto se merecería una segunda oportunidad. En un viaje a Praga no resistí la tentación de traerme un bote de Mirinda como curiosidad casi

COSAS QUE PASAN EN UN RESTAURANTE

En menos de un minuto se desarrolla este antológico sketch, casi tan real como la vida misma.

¿QUÉ ESTÁ PASANDO CON LAS CÁPSULAS DE CAFÉ DOLCE GUSTO?

Tengo en casa una cafetera Dolce Gusto. No la compré, me la regalaron y considero que es un obsequio de lujo. Enseguida me aficioné al excelente sabor de las variedades que ofrece la empresa, tan buenas como las de Nespresso. Ahora me cuesta tomar otros cafés porque no encuentro la misma calidad. Supongo que ello se debe a que mi cafetera express convencional tiene pocos bares como para sacar el mejor sabor de las monodosis convencionales o del café molido. Lo malo del asunto es que mi adicción a los productos de Dolce Gusto está viéndose perjudicada por los elevados precios que están alcanzando las cápsulas en el mercado. Si durante el año pasado era fácil encontrarlas a 4 euros con 60 céntimos y a finales de 2010 se rebajó el precio a menos de cuatro euros, ahora la tarifa se va casi a los cinco euros. Curiosamente no hay manera de hallar mejor precio que los 4,85 euros en prácticamente todos los sitios imaginables. Lo curioso es que en mi último viaje a Francia me sorprendió encon