
El plato del que voy a hablar en este post no es ni mucho menos de los más conocidos dentro de la Gastronomía española y sin embargo tiene adeptos muy viciosos. Unos dicen que las crestas de gallo son típicas de la cocina zamorana y otros afirman que son muy de Cuenca.
Lo bueno es que ahora da igual de dónde venga porque es muy fácil tenerlo en cualquier parte porque el plato viene preparado y listo para calentar y servir, cosas de la globalización.
En un principio lo de comer crestas de gallo sorprende bastante por la novedad que supone. No obstante hay que tener en cuenta que tranquilamente nos zampamos hígados de pato, mollejas, riñones y rabos de toro, que tienen un aspecto mucho menos apetitoso.
La empresa Cascajares ha lanzado al mercado este producto enlatado en un formato muy cómodo. La lata tiene un peso de medio kilo y las crestas pesan unos 300 gramos. Los otros 200 gramos están formados por la grasa de pato usada para confitar las crestas y que además actúa como único conservante de modo que el producto llegue al plato con toda naturalidad. El precio ronda los diez euros por lata y es más que razonable.
Lo mejor es calentar la lata al baño maría para que la grasa se derrita y separe, de modo que podamos apartar las crestas para servirlas. Como vienen suavemente salpimentadas y condimentadas con algo de tomillo y laurel, se notará su sabor pero sin excesos.
La textura es lo más sorprendente de todo. Aparentemente asemejan casi estrellas de mar, hojas de roble o incluso setas. Precisamente sugiero preparar unas setas a la plancha o a la parrilla para servirlas con las crestas, jugando con las formas y las apariencias. La sensación del mordisco es peculiar ya que la carne está muy blanda y tiene un toque gelatinoso. Una de las ventajas del producto enlatado es que no te falla nunca; por lo visto los amantes de las crestas afirman que si no se preparan bien acaban quedando duras y pierden toda la gracia. Las de la lata están muy suaves. Otra combinación
El producto supera la cata de largo y es toda una sorpresa que anima a repetir enseguida. Lo encontraremos en tiendas delicatessen y también en supermercados. Conviene terner siempre un par de latas en la despensa por si no nos apetece cocinar o incluso para cenas gourmet con los amigos que piensan que ya lo han visto todo.
Por cierto que es muy posible que usted ya haya comido otros alimentos elaborados por Cascajares porque elaboran productos para la hostelería y se sirven en bodas y banquetes.