Si te gustan los vinos de postre, o más bien los licores para servir con el postre, aquí tenemos un producto español hecho en Montilla, provincia de Córdoba.
La localidad ya es famosa por sus bodegas y por lo visto el elaborador del producto es Bodegas Cruz Conde, que por cierto no lo exhibe en su web propia y parece ofrecerlo exclusivamente a través de supermercados como Aldi o El Jamón.
Obviamente si el producto sale en este blog es porque me ha parecido interesante para los lectores, ya que el precio es inferior a los diez euros y la calidad va muy por encima de lo esperado. Es un licor elaborado con piel de naranjas y que tiene cuarenta grados nada menos. Uno esperaría algo que casi rascara la garganta pero se encuentra con terciopelo en la boca. Acompaña muy bien los postres sin llegar a empachar. Evidentemente, el sabor a naranja no es pronunciado pero si perceptible.
Eso sí, la botella de la foto sale muy mona pero en la mía la pegatina de la etiqueta está torcida y colocada con mala gana. Menos mal que la degustación ha pasado la prueba con nota muy alta. Si el lector es aficionado al Cointreau, probablemente considere al producto español más que aceptable, por un coste prácticamente de un tercio o la mitad del licor famoso.
Para elaboración de cócteles y postres puede ser todo un puntazo.
Supongo que pasarán meses antes de que vuelva a comprar otra botella, ya que me gusta alternar diferentes licores con el postre y el café, pero seguro que se hará un hueco fijo en mi botellero.
La localidad ya es famosa por sus bodegas y por lo visto el elaborador del producto es Bodegas Cruz Conde, que por cierto no lo exhibe en su web propia y parece ofrecerlo exclusivamente a través de supermercados como Aldi o El Jamón.
Obviamente si el producto sale en este blog es porque me ha parecido interesante para los lectores, ya que el precio es inferior a los diez euros y la calidad va muy por encima de lo esperado. Es un licor elaborado con piel de naranjas y que tiene cuarenta grados nada menos. Uno esperaría algo que casi rascara la garganta pero se encuentra con terciopelo en la boca. Acompaña muy bien los postres sin llegar a empachar. Evidentemente, el sabor a naranja no es pronunciado pero si perceptible.
Eso sí, la botella de la foto sale muy mona pero en la mía la pegatina de la etiqueta está torcida y colocada con mala gana. Menos mal que la degustación ha pasado la prueba con nota muy alta. Si el lector es aficionado al Cointreau, probablemente considere al producto español más que aceptable, por un coste prácticamente de un tercio o la mitad del licor famoso.
Para elaboración de cócteles y postres puede ser todo un puntazo.
Supongo que pasarán meses antes de que vuelva a comprar otra botella, ya que me gusta alternar diferentes licores con el postre y el café, pero seguro que se hará un hueco fijo en mi botellero.