Hace varios años que las instalaciones de esta empresa familiar sufrieron la destrucción completa a causa de un desprendimiento y ahora Vega de Tordín renace de sus cenizas en una nueva ubicación, no muy distante de la antigua pero al otro lado del río Cares, a la salida de Arenas de Cabrales en dirección a Cantabria.
La empresa ha editado un tríptico en el que se anuncia la posibilidad de efectuar una visita guiada con degustación. Nada nuevo parecía pero las sorpresas nos desbordaron positivamente. La explotación ganadera de vacuno para producción de leche está a la última en cuanto a tecnología y por supuesto en cuidado de los animales. Es toda una delicia ver cómo las vacas deciden cuándo quieren ser ordeñadas por un robot que las motiva y premia mientras analiza la composición de la leche. Curiosamente las vacas hacen cola pacientemente porque les encanta y se les premia. Nada de dormir en lechos de cemento, ya que los animales reposan en un colchón con relleno pensado para su comodidad y relajación. Lo curioso es que así dan más cantidad y calidad de leche. Incluso existe un punto destinado a que puedan masajearse y rascarse por sí mismas cuando les venga en gana, además de un dosificador de sal que ellas mismas aprovechan a placer. Más parece un hotel vacuno que una explotación tradicional, con criterios de respeto a los animales y a su bienestar.
Las nuevas instalaciones cuentan con parking para coches y autobuses, siendo una visita indicada para todos los públicos, especialmente para niños, que verán las terneras más jóvenes en una zona especialmente separada donde podrán incluso acariciarlas. Se explica detalladamente el proceso de producción del queso, que pasará un tiempo en cuevas del municipio antes de ponerse a la venta. Dorita es el alma del show y su locuacidad dejará impresionados a los visitantes por su vehemencia y simpatía.
En cuanto al queso en sí, es probablemente el mejor que he probado en mi vida. En la prueba de degustación supera a los de gran reserva, mientras que el precio se mantiene bajo. Lo elaboran solo con leche de vaca, sin añadir nada de oveja y cabra y sin embargo el resultado es glorioso, con buena untuosidad y cremosidad. La sal, en su justo punto, con picorcillo pero sin amargor. Vega de Tordín hace un queso de Cabrales antológico digno de las mesas más refinadas. Se vende en las propias instalaciones de la empresa envasado al vacío y también lo podemos encontrar en Quesos Torreón de Cangas de Onís, entre otros comercios.
Así pues, recomiendo encarecidamente la visita a las instalaciones y la adquisición del queso porque ya era hora de se fueran haciendo cosas tan buenas y hermosas.
Por lo visto la web de la empresa sigue inactiva y los teléfonos de contacto para visitas de grupos son 674 597 738 y 674 597 736. Las visitas individuales se hacen sobre la marcha y aplican una tarifa de tres euros por persona. En resumidas cuentas, una actividad muy recomendable y un queso que se sale.
La empresa ha editado un tríptico en el que se anuncia la posibilidad de efectuar una visita guiada con degustación. Nada nuevo parecía pero las sorpresas nos desbordaron positivamente. La explotación ganadera de vacuno para producción de leche está a la última en cuanto a tecnología y por supuesto en cuidado de los animales. Es toda una delicia ver cómo las vacas deciden cuándo quieren ser ordeñadas por un robot que las motiva y premia mientras analiza la composición de la leche. Curiosamente las vacas hacen cola pacientemente porque les encanta y se les premia. Nada de dormir en lechos de cemento, ya que los animales reposan en un colchón con relleno pensado para su comodidad y relajación. Lo curioso es que así dan más cantidad y calidad de leche. Incluso existe un punto destinado a que puedan masajearse y rascarse por sí mismas cuando les venga en gana, además de un dosificador de sal que ellas mismas aprovechan a placer. Más parece un hotel vacuno que una explotación tradicional, con criterios de respeto a los animales y a su bienestar.
Las nuevas instalaciones cuentan con parking para coches y autobuses, siendo una visita indicada para todos los públicos, especialmente para niños, que verán las terneras más jóvenes en una zona especialmente separada donde podrán incluso acariciarlas. Se explica detalladamente el proceso de producción del queso, que pasará un tiempo en cuevas del municipio antes de ponerse a la venta. Dorita es el alma del show y su locuacidad dejará impresionados a los visitantes por su vehemencia y simpatía.
En cuanto al queso en sí, es probablemente el mejor que he probado en mi vida. En la prueba de degustación supera a los de gran reserva, mientras que el precio se mantiene bajo. Lo elaboran solo con leche de vaca, sin añadir nada de oveja y cabra y sin embargo el resultado es glorioso, con buena untuosidad y cremosidad. La sal, en su justo punto, con picorcillo pero sin amargor. Vega de Tordín hace un queso de Cabrales antológico digno de las mesas más refinadas. Se vende en las propias instalaciones de la empresa envasado al vacío y también lo podemos encontrar en Quesos Torreón de Cangas de Onís, entre otros comercios.
Así pues, recomiendo encarecidamente la visita a las instalaciones y la adquisición del queso porque ya era hora de se fueran haciendo cosas tan buenas y hermosas.
Por lo visto la web de la empresa sigue inactiva y los teléfonos de contacto para visitas de grupos son 674 597 738 y 674 597 736. Las visitas individuales se hacen sobre la marcha y aplican una tarifa de tres euros por persona. En resumidas cuentas, una actividad muy recomendable y un queso que se sale.