Las estanterías de los hipermercados están llenas de quesos en lonchas y sin embargo no hay tanto donde elegir. Con la avalancha de los tradicionales Edam y Havarti comparten protagonismo algunas variedades que parecen saber todas a lo mismo, si es que saben a algo. Normalmente los quesos loncheados se usan para bocadillos y sandwiches sin aportar gran cosa al embutido fresco con el que comparten presentación.
En el extranjero tampoco es que haya mucha variedad, aunque los franceses tienen el Fol Epi y los alemanes cuentan con algunos tipos interesantes.
Hace una temporada conseguía que me cortaran en lonchas muy finas el ahumado de Pría o el de Vidiago (quesos asturianos no muy famosos), de modo que podía hacer bocadillos diferentes o símplemente fundir el queso sobre un risotto o bien añadirlo a la pasta fresca de la misma manera que los italianos añaden queso Bagós.
El queso en lonchas ahumado de la Central Lechera Asturiana no es la octava maravilla gastronómica ni mucho menos, pero resulta un soplo de aire fresco en el panorama de los quesos loncheados para consumo no gastronómico y sí utilitario. El sabor está bastante logrado y únicamente se echa en falta una mayor cremosidad, pero eso complicaría el corte y el despegado de cada loncha. Merece la pena concederle una oportunidad en nuestra nevera para el uso que nos apetezca.
También he comprado últimamente Grana Padano en lonchas y en taquitos precortados envasados individualmente, toda una gozada para cuando vas de viaje. Tanto el italiano como el asturiano maridan muy bien con el jamón serrano en bocadillo.
Ahora solo hace falta que se vendan quesos asturianos en formato de rallado para servir la pasta o acompañar el arroz. A ver quién se anima primero.