

Mientras el nivel de los panes españoles va bajando escandalosamente y el de los franceses perdiendo muchos puntos, hay que hacer constar que Alemania mantiene el tipo al igual que Suiza y Portugal.
En una reciente visita a Alemania he podido constatar que allí se da muchísima importancia al pan y abunda las panaderías por doquier, incluso en las estaciones de ferrocarril y en las calles comerciales de más importancia. Bollos, pan de molde y hogazas de todo tipo son una provocación para los amantes del buen pan. Los precios son muy similares a los de España y la calidad es notable.
Lamentablemente he tenido experiencias muy negativas en España con el pan. En la provincia de Valladolid me han puesto caras muy raras cuando he solicitado hogazas y me han ofrecido productos de bajísima calidad. Es una pena que hoy en día la panadería de Carrefour gane por goleada a las panaderías convencionales, con mucha mayor variedad y calidad a cambio de precios ligeramente superiores. Con un buen pan todo sabe mucho mejor y con un mal pan se arruina cualquier plato.
Que el viajero sepa que Alemania tiene panes de lujo y una restauración con precios extremadamente contenidos. Siempre vuelvo a los lugares donde el pan es bueno.