Ir al contenido principal

La sal de la vida.


Este es el aspecto de los envases de cuarto de kilo de la sal marina Maldon, procedente de Inglaterra. Muchos de los lectores ya tienen uno en casa pero seguro que hay gente que todavía no conoce esta delicia. El paquetito en cuestión suele salir por algo menos de seis euros en tiendas delicatessen, lo cual es una pasta en relación a lo que cuesta la sal común, pero todo un regalo si tenemos en cuenta lo que puede aportar en nuestros platos. Es una sal que no amarga y se utiliza principalmente para sazonar, no para cocinar. Se pueden depositar unos cristales de esta sal sobre un foie, un chuletón e incluso un helado de chocolate.

Esta sal es única y no hay imitaciones posibles, pues tiene denominación de origen, como el Champagne francés o el queso de Cabrales. En todos los buenos restaurantes hay sal Maldon para aderezar lo que haga falta y aportar un gusto muy fino. Desde que la conocí no puedo vivir sin ella. Si aún no la ha probado, me temo que se está perdiendo una de las cosas buenas de la vida. Sorprenda a sus amistades y quede como todo un gourmet.

Entradas populares de este blog

BOFROST. LOS CONGELADOS QUE PARECEN CAROS Y SALEN MUY BIEN DE PRECIO.

Ojo porque esto no es un publirreportaje aunque lo parezca. Los de Bofrost no me dan nada a cambio de hablar bien de ellos. El caso es que ya conocía la empresa desde hace años porque una vecina les compraba muchísimo, ya que no podía ir a la compra y prefería que se lo sirvieran todo a domicilio. La tal vecina no tenía problemas económicos y yo prefería comprar más barato en supermercados convencionales. Lo que ocurrió fue que me mudé a una vivienda unifamiliar y desde entonces me animé a probar los productos congelados de Bofrost, siempre más caros que otros similares que se hallan en la gran distribución comercial. No me parecía convincente la ventaja del servicio a domicilio porque utilizaba bolsas isotérmicas para el transporte. Tras un primer pedido fui cambiando de idea. El incremento de precio redundaba en una calidad muy superior y aunque el aumento de gasto era aritmético, el incremento de calidad resultaba geométrico o exponencial, si se me permite el juego de palabras

PAN DE CARRAL. UN GRAN PAN GALLEGO LLEGA A MERCADONA.

Puede dar la impresión de que este blog publicita productos pero en realidad solo publico artículos sobre las cosas que me han gustado y creo que pueden interesar a los aficionados a los buenos sabores. De hecho casi siempre informo a los productores de que he escrito un texto sobre sus productos y nadie contesta nunca, ni siquiera dan las gracias por hacerles la publicidad gratuita. Todo sea por los lectores y nada por los fabricantes. Por supuesto que Mercadona no necesita publicidad y nunca mejor dicho porque su inversión en anuncios es cero. Lo que les sobra son clientes. Ahora bien, tanto insistir con los precios bajos que en general lo de la calidad les queda un poco lejos en muchos artículos. Digamos que ofrecen precios competitivos y dentro de ellos intentan conseguir la mayor calidad posible, pero en ciertas secciones se quedan muy cortos. Menos mal que alguien ha tenido la brillante idea de vender un pan gourmet de alta calidad en Mercadona. Es gallego, como no podía ser

Cafetera Solac Freecoffee. La alternativa a la Nespresso.

Hay que reconocer que la cafetera Nespresso se ha hecho muy popular y sobre todo por su aura de exclusividad; resulta muy adecuada para gente que toma poco café y puede pagar cápsulas por encima de los 30 céntimos , dependiendo para ello de los pedidos a domicilio o de ciertas tiendas físicas. Ahora Solac lanza una cafetera llamada Freecoffee que pretende ofrecer las mismas ventajas de la Nespresso y ciértamente mejora algunas cosas pero no todas . En esta cafetera se puede utilizar cualquier monodosis ESE, las que tienen formato de pastillas, lo cual no nos ata a ninguna marca, de modo que el precio por café baja a la mitad. El precio no parece especialmente atractivo y al parecer se comercializa por encima de los 100 euros. El problema con una cafetera de cápsulas como la Nespresso o de pastillas como la Freecoffee es que quedamos condenados a la elaboración de un único café en cada uso, con lo que renunciamos para siempre al café en grano que moleríamos a nuestro gusto y también