
Europa es una, grande y libre, con moneda única en la mayoría de paises y una gran uniformidad cultural aparente, pero las costumbres varían ostensiblemente según dónde nos encontremos.
En Italia es muy normal que los restaurantes cobren unos cuantos euros en concepto de "pane e coperto", es decir, pan y cubierto. Se trata de una tasa por la utilización de la cristalería, la vajilla y la mantelería además del servicio de pan. La cantidad puede ser relativamente baja y llegar a los ocho euros por persona en restaurantes de cierto nivel, mientras que en los menús baratos y pizzerías no se suele aplicar. En España es ilegal el cobro por este concepto y cuando viajemos a Italia hay que fijarse bien en la carta para que luego la viruta no suba demasiado. Por cierto que la cocina italiana es fabulosa y los panes suelen ser excelentes.
En Chequia te suelen preguntar primero qué vas a beber antes de tomar nota de la comanda de comida. La costumbre local hace que los camareros esperen a que el cliente se acabe la bebida para ir a preguntarle por los platos que va a comer. Esto genera curiosos equívocos porque muchos europeos pretenden que la bebida les aguante hasta el final de la comida y mientras esperan, desesperan, ya que el personal del restaurante aguarda al final de la primera consumición.
Una curiosa costumbre de los británicos en el exterior es sentarse a la mesa con un combinado alcohólico y mientras tanto ir mirando la carta. Normalmente los comensales no se levantan hasta que no han terminado la botella de vino, la cual les encanta tomar incluso sin comida y después de los postres.
Los aperitivos que se sirven en restaurantes de Portugal son cobrados religiosamente al final de la comida, lo cual molesta a los ingénuos clientes extranjeros que pensaban que se trataba de una invitación de la casa.
Una vez que salimos fuera de España hay que darse cuenta de que comer después de las dos o cenar después de las nueve es una misión imposible y fuera de las grandes ciudades las alternativas pueden reducirse a cero.
El agua mineral en Francia se vende a precio de oro y la gente suele elegir la del grifo, con el nombre de "caraffe d'eau".
En Hungría es tradicional cobrar el pan consumido contando las lonchas que el cliente se ha comido y el servicio de vino por copas es casi más frecuente que el de botellas o medias botellas.
Normalmente el agua mineral sale más cara en todos los paises del mundo que en España y es más cara que el resto de consumiciones sin alcohol porque se considera una actitud snob. En Chequia vale el doble que la cerveza y te sirven la mitad de cantidad.
El menú del día con primero, segundo, postre y bebida incluida es prácticamente especialidad española con algunos casos en Portugal, donde se lleva mucho más el plato del día que el menú largo.
Y usted ¿Conoce alguna particularidad local interesante?