Inicialmente la palabra "mesón" no anticipa nada moderno pero hay que tener en cuenta que nos hallamos ante el mesón 2.0 del tercer milenio. La fórmula consiste en que los propietarios del local son también productores de cerdo ibérico. Se trata de la empresa Montesierra, que no tiene nada que ver con la compañía vinícola del mismo nombre. Una vez que ellos mismos son los proveedores de casi todo lo que sirven para comer, la operación suena a éxito y de hecho lo es. El mesón Quince Arrobas se encuentra en una zona moderna de la ciudad pero frente a las bodegas Sandeman y a pocos metros de la escuela de arte ecuestre, nada lejos del cogollo histórico.
El motivo de ir a este restaurante fue que me encontré con su web y en ella aparece detallada toda la carta con precios, cosa que raramente ocurre en una web de restaurante; de hecho en Andalucía hay muchos establecimientos que ni siquiera la exhiben en el exterior.
Aquí se viene principalmente a consumir productos derivados del cerdo ibérico, sea en forma de embutidos o bien de platos cocinados. Los precios son muy asequibles y permiten comer tapas o raciones. La carta la podemos ver con todo lujo de detalles en este enlace.
Naturalmente que el mesón está orientado a carnívoros y poco indicado para vegetarianos, aunque haya algunos platos sin carne.
El personal es atento y servicial, algo muy común en Andalucía. Los platos salen a bastante velocidad y el local se llena con facilidad; por cierto que están en planes de ampliación.
Si nos gusta lo que hemos comido, también hay una sección de carnicería y charcutería donde podemos adquirir loncheados al vacío. De hecho hice un gasto bastante generoso, ya que los precios eran muy competitivos.
Fuimos a comer un par de veces y hubiéramos ido más, pero la estancia en la ciudad era corta. El mesón Quince arrobas está muy cerca del restaurante Albalá, al cual soy adicto desde hace años. Por lo tanto tenemos dos buenas opciones para comer o cenar cerca de sitos visitables. Si el viajero se deja caer por Jerez, el hotel Sherry Park está muy a mano y disponen de parking gratis para clientes alojados.
Obsérvese que hasta el momento no he utilizado los típicos adjetivos de "delicioso" o "riquísimo". En cuanto a la cocina en sí, está muy lograda. Los tamaños de los platos son generosos, la calidad del aceite elevada y el género de primera. Un sitio así no puede fallar y no falla. Visita imprescindible en la ciudad. Curiosamente el café es excelente y los postres muy trabajados.
El motivo de ir a este restaurante fue que me encontré con su web y en ella aparece detallada toda la carta con precios, cosa que raramente ocurre en una web de restaurante; de hecho en Andalucía hay muchos establecimientos que ni siquiera la exhiben en el exterior.
Aquí se viene principalmente a consumir productos derivados del cerdo ibérico, sea en forma de embutidos o bien de platos cocinados. Los precios son muy asequibles y permiten comer tapas o raciones. La carta la podemos ver con todo lujo de detalles en este enlace.
Naturalmente que el mesón está orientado a carnívoros y poco indicado para vegetarianos, aunque haya algunos platos sin carne.
El personal es atento y servicial, algo muy común en Andalucía. Los platos salen a bastante velocidad y el local se llena con facilidad; por cierto que están en planes de ampliación.
Si nos gusta lo que hemos comido, también hay una sección de carnicería y charcutería donde podemos adquirir loncheados al vacío. De hecho hice un gasto bastante generoso, ya que los precios eran muy competitivos.
Fuimos a comer un par de veces y hubiéramos ido más, pero la estancia en la ciudad era corta. El mesón Quince arrobas está muy cerca del restaurante Albalá, al cual soy adicto desde hace años. Por lo tanto tenemos dos buenas opciones para comer o cenar cerca de sitos visitables. Si el viajero se deja caer por Jerez, el hotel Sherry Park está muy a mano y disponen de parking gratis para clientes alojados.
Obsérvese que hasta el momento no he utilizado los típicos adjetivos de "delicioso" o "riquísimo". En cuanto a la cocina en sí, está muy lograda. Los tamaños de los platos son generosos, la calidad del aceite elevada y el género de primera. Un sitio así no puede fallar y no falla. Visita imprescindible en la ciudad. Curiosamente el café es excelente y los postres muy trabajados.