Hace una temporada estuve en una boda en Mallorca y me encontré con una interesante sorpresa gastronómica de bajo coste. Se trata de un producto de consumo fundamentalmente local y fuértemente implantado en las costumbres baleares.
Las galletas de las marcas Gori de Muro y Quely son una interesante propuesta para los picoteos informales e incluso para la degustación de patés o cualquier cosa que se pueda untar encima, ya sea crema de queso o incluso mermeladas.
Lo gracioso es que yo no paraba de elogiar las galletas mientras que los locales las consideraban parte de su compra habitual. Es extraño que no hayan cruzado el Mediterráneo para invadir la península y arrasar en la hostelería.
Actualmente las dos marcas ofrecen lo mejor de su gama en internet, a través de tiendas online muy bien organizadas que permiten una compra rápida y además sin gastos de envío, lo que es muy de agradecer.
La textura de las galletas es muy densa y con unas pocas se puede saciar cualquiera. Hay una gran cantidad de posibilidades, desde las más planas a las más ovaladas, incluyendo sabores de centeno, romero, integrales, etc.
Estas galletas tienen una caducidad bastante larga y se pueden guardar durante mucho tiempo sin merma de calidad. Una vez abierto el envase tampoco se ablandan ni se estropean durante bastantes días. Son incluso una solución alternativa a los típicos biscotes de pan tostado.
En resumidas cuentas, hablamos de un producto casi gourmet a precios tirados y que puede sorprender los invitados con mucha facilidad. Además las galletas mallorquinas gustan muco a los niños y los sacian en cuestión de minutos.
Conviene tener siempre un pequeño stock de estas galletas por si se nos termina el pan, ya que se pueden servir incluso acompañando platos de cuchara. Por cierto que para excursiones campestres son muy convenientes.
Dejo aquí los enlaces a las tiendas online de ambas empresas, invitando al lector a que pruebe los productos por un módico precio. La entrega a domicilio es rapidísima.
Gori de Muro.
Quely
Las galletas de las marcas Gori de Muro y Quely son una interesante propuesta para los picoteos informales e incluso para la degustación de patés o cualquier cosa que se pueda untar encima, ya sea crema de queso o incluso mermeladas.
Lo gracioso es que yo no paraba de elogiar las galletas mientras que los locales las consideraban parte de su compra habitual. Es extraño que no hayan cruzado el Mediterráneo para invadir la península y arrasar en la hostelería.
Actualmente las dos marcas ofrecen lo mejor de su gama en internet, a través de tiendas online muy bien organizadas que permiten una compra rápida y además sin gastos de envío, lo que es muy de agradecer.
La textura de las galletas es muy densa y con unas pocas se puede saciar cualquiera. Hay una gran cantidad de posibilidades, desde las más planas a las más ovaladas, incluyendo sabores de centeno, romero, integrales, etc.
Estas galletas tienen una caducidad bastante larga y se pueden guardar durante mucho tiempo sin merma de calidad. Una vez abierto el envase tampoco se ablandan ni se estropean durante bastantes días. Son incluso una solución alternativa a los típicos biscotes de pan tostado.
En resumidas cuentas, hablamos de un producto casi gourmet a precios tirados y que puede sorprender los invitados con mucha facilidad. Además las galletas mallorquinas gustan muco a los niños y los sacian en cuestión de minutos.
Conviene tener siempre un pequeño stock de estas galletas por si se nos termina el pan, ya que se pueden servir incluso acompañando platos de cuchara. Por cierto que para excursiones campestres son muy convenientes.
Dejo aquí los enlaces a las tiendas online de ambas empresas, invitando al lector a que pruebe los productos por un módico precio. La entrega a domicilio es rapidísima.
Gori de Muro.
Quely