Me alegra que hayan aparecido por todo el territorio nacional las panaderías Granier. Se trata de una nueva oferta alternativa a la de los supermercados y las panaderías convencionales. Además son también cafeterías y confiterías con una óptima relación calidad-precio y una interesante opción de reponer fuerzas a precio muy razonable.
En España no es sencillo encontrar buenos panes y menos aún en determinadas regiones. Si estás en Galicia, quizás no tengas tanto problema. Si vives en zonas limítrofes con Portugal es más fácil hallar pan bueno y barato, al igual que ocurre en las proximidades del territorio francés. Ahora bien, en muchos lugares la mejor opción se encuentra únicamente en Carrefour, con algunos panes temáticos no caros y bien conseguidos. El resto pueden ser panes de gasolinera y todo tipo de sucedáneos que salen muy baratos y solo tienen de pan el nombre.
Ahora bien, Granier no es tampoco la panacea. Sí es cierto que inicialmente tiene una gama muy variada de panes en barra, hogaza y bollos, pero eso no quiere decir que todas sus tiendas tengan todos los panes disponibles ni que quede el que te gusta si vas por la tarde. Hasta ahora mis visitas han encontrado muchas estanterías vacías.
El pan en sí es bastante correcto y no tengo queja, sobre todo teniendo en cuenta que la competencia ni se les aproxima. Ahora bien, tiene mejor presentación que sabor y más apariencia que esencia. Obviamente lo cobran bastante barato para lo que ofrecen y desgraciadamente no tienen nada especial para los que estamos dispuestos a pagar un poco más, que somos cuatro gatos. En bollería la cosa ya mejora algo.
En resumidas cuentas, la cultura del pan en España anda bajo mínimos y son muy pocos los restaurantes que se esfuerzan por ofrecer un servicio mejorado y diferente, aunque sea a costa de recurrir a panes precocidos que sí están muy conseguidos.
Esperemos que este sea el inicio de la recuperación de aquellas boutiques del pan que en su momento florecieron y luego se marchitaron. Si lo que quieres es una barra larga, sobran sitios que la venden. Para el producto de calidad parece haber poca demanda.
En España no es sencillo encontrar buenos panes y menos aún en determinadas regiones. Si estás en Galicia, quizás no tengas tanto problema. Si vives en zonas limítrofes con Portugal es más fácil hallar pan bueno y barato, al igual que ocurre en las proximidades del territorio francés. Ahora bien, en muchos lugares la mejor opción se encuentra únicamente en Carrefour, con algunos panes temáticos no caros y bien conseguidos. El resto pueden ser panes de gasolinera y todo tipo de sucedáneos que salen muy baratos y solo tienen de pan el nombre.
Ahora bien, Granier no es tampoco la panacea. Sí es cierto que inicialmente tiene una gama muy variada de panes en barra, hogaza y bollos, pero eso no quiere decir que todas sus tiendas tengan todos los panes disponibles ni que quede el que te gusta si vas por la tarde. Hasta ahora mis visitas han encontrado muchas estanterías vacías.
El pan en sí es bastante correcto y no tengo queja, sobre todo teniendo en cuenta que la competencia ni se les aproxima. Ahora bien, tiene mejor presentación que sabor y más apariencia que esencia. Obviamente lo cobran bastante barato para lo que ofrecen y desgraciadamente no tienen nada especial para los que estamos dispuestos a pagar un poco más, que somos cuatro gatos. En bollería la cosa ya mejora algo.
En resumidas cuentas, la cultura del pan en España anda bajo mínimos y son muy pocos los restaurantes que se esfuerzan por ofrecer un servicio mejorado y diferente, aunque sea a costa de recurrir a panes precocidos que sí están muy conseguidos.
Esperemos que este sea el inicio de la recuperación de aquellas boutiques del pan que en su momento florecieron y luego se marchitaron. Si lo que quieres es una barra larga, sobran sitios que la venden. Para el producto de calidad parece haber poca demanda.