Por casualidad llega uno a sitios como esta web de una carnicería que es a la carne lo que Rolex o IWC a los relojes, algo así como lo más de lo más, la calidad por delante para clientes que quieren lo mejor a su justo precio. La empresa está en el mercado de Chamartín, en Madrid. Tienen servicio a domicilio y todo. Su oferta se basa en denominaciones de origen tan importantes como la ternera Morucha de Salamanca o la del Valle del Esla, entre otras.Hay ternera, buey, cerdo y cordero. Para profundizar pulsaremos sobre el logo. Ojo, que la web es muy buena.
Ojo porque esto no es un publirreportaje aunque lo parezca. Los de Bofrost no me dan nada a cambio de hablar bien de ellos. El caso es que ya conocía la empresa desde hace años porque una vecina les compraba muchísimo, ya que no podía ir a la compra y prefería que se lo sirvieran todo a domicilio. La tal vecina no tenía problemas económicos y yo prefería comprar más barato en supermercados convencionales. Lo que ocurrió fue que me mudé a una vivienda unifamiliar y desde entonces me animé a probar los productos congelados de Bofrost, siempre más caros que otros similares que se hallan en la gran distribución comercial. No me parecía convincente la ventaja del servicio a domicilio porque utilizaba bolsas isotérmicas para el transporte. Tras un primer pedido fui cambiando de idea. El incremento de precio redundaba en una calidad muy superior y aunque el aumento de gasto era aritmético, el incremento de calidad resultaba geométrico o exponencial, si se me permite el juego de palabras