Acertar al elegir un restaurante no es tarea fácil si carecemos de información previa. Si nos vamos a guiar sólamente por la intuición, podemos lucirnos o bien meter la gamba. Por si acaso, aquí doy algunas pistas orientativas fruto de la experiencia.
1. No entrar nunca en restaurantes cuya carta de platos no esté expuesta en el exterior del establecimiento. No hay ninguna razón para que nos oculten los precios.
2. No entrar nunca en restaurantes cuyos empleados estén en el exterior captando clientela. Es una práctica persuasiva muy incordiosa.
3. No entrar nunca en restaurantes cuyos cristales estén sucios. Si no limpian lo que está a la vista, imagínese lo que no se ve.
4. No entrar nunca en restaurantes que nos hayan recomendado sin haber solicitado información al respecto. Si el recepcionista nos empieza sugiriendo restaurantes antes de preguntárselo, mala cosa. Lo ideal es que nos propongan varios.
5.No entrar nunca en restaurantes cuya clientela se compone exclusivamente de turistas y donde los locales no acuden. No hay más que fijarse un poco en el ambiente.
Un cliente exigente acabará mandando al garete a los incompetentes. Son normas muy simples que si observamos con determinación, nos ayudarán a elegir.
Por si acaso, no vaya nunca a la aventura, infórmese previamente y consulte a diferentes fuentes.
1. No entrar nunca en restaurantes cuya carta de platos no esté expuesta en el exterior del establecimiento. No hay ninguna razón para que nos oculten los precios.
2. No entrar nunca en restaurantes cuyos empleados estén en el exterior captando clientela. Es una práctica persuasiva muy incordiosa.
3. No entrar nunca en restaurantes cuyos cristales estén sucios. Si no limpian lo que está a la vista, imagínese lo que no se ve.
4. No entrar nunca en restaurantes que nos hayan recomendado sin haber solicitado información al respecto. Si el recepcionista nos empieza sugiriendo restaurantes antes de preguntárselo, mala cosa. Lo ideal es que nos propongan varios.
5.No entrar nunca en restaurantes cuya clientela se compone exclusivamente de turistas y donde los locales no acuden. No hay más que fijarse un poco en el ambiente.
Un cliente exigente acabará mandando al garete a los incompetentes. Son normas muy simples que si observamos con determinación, nos ayudarán a elegir.
Por si acaso, no vaya nunca a la aventura, infórmese previamente y consulte a diferentes fuentes.